Una mirada a África como tablero de la geopolítica internacional

domingo, 14 de mayo de 2023

Análisis Internacional y el 50 aniversario del Frente Polisario: entrevista con el embajador saharaui Abdulah Arabi

 

 

 



En el evento organizado por el Frente Polisario en Madrid el pasado día 10, con motivo de los 50 años pasados desde su fundación, muchos me preguntaron que por qué he abandonado este blog. Sospecho que asocian mi dejadez en este frente con un abandono de mi interés por África y, en especial, por la evolución de la situación en el Sáhara Occidental y Guinea Ecuatorial. Nada de eso. Pero me di cuenta de que la mayoría no tenían ni idea de que, aunque hemos cambiado de emisora, sigo haciendo semanalmente ese programa de Análisis Internacional que inicié hace ya unos cinco años con mi maestro y amigo el coronel Diego Camacho, jubilado de los servicios secretos y gran conocedor tanto del Sáhara como de Marruecos y Guinea Ecuatorial. Ahí  siempre le dedicamos un hueco a este tema y otros asuntos de geopolítica que puedan incidir en la evolución de este conflicto, pese a que se desarrollen en otros escenarios.

 

Un día antes del evento, el martes día 9 de mayo (los martes grabamos y emitimos), tuvimos el honor de tener en el programa al embajador saharaui en Madrid, Abdulah Arabi, para hacer un monográfico sobre la situación del conflicto desde la vuelta a las armas en 2020. Fue nuestra forma de recordar ese 50 aniversario de lucha del pueblo saharaui en nuestro programa en Informa Radio frente a los intentos de muchos por silenciar a los que no olvidamos ni aceptamos que España manche su prestigio en el mundo incumpliendo el derecho internacional que sigue obligando, diga lo que diga el Sr Albares, a todo Gobierno español a velar por los intereses del pueblo saharaui y defenderle contra todo abuso, hasta que logre la autodeterminación (art. 73 de la Carta de la ONU). 

 

Aquí abajo tenéis el enlace al podcast del programa en el que también participó Francisco Bendala, colaborador habitual de Análisis Internacional que también lleva el Sáhara en el corazón.  

Muchas gracias al embajador Abudlah Arabi. 

 

 


ANÁLISIS INTERNACIONAL/PROGRAMA DEL 9 DE MAYO DE 2023:

 

 https://www.ivoox.com/analisis-internacional-09-05-2023-audios-mp3_rf_107828670_1.html

 

 

 

sábado, 19 de marzo de 2022


 Sánchez y Feijóo ante el desafío de

 “el Sáhara en el corazón”


El presidente Pedro Sánchez la ha liado con el Sáhara Occidental. Sus declaraciones sobre su supuesta preferencia por una solución del conflicto del Sáhara Occidental por la vía de la anexión del Sáhara a Marruecos no es precisamente lo que cabe esperar del jefe de Gobierno del país que es potencia administradora de la antigua provincia número 53 de España.  De tener opiniones personales a favor del plan de autonomía marroquí Pedro Sánchez debería olvidarse de sus sentimientos para cumplir con la Carta de la ONU que impone a las potencias administradoras el "sagrado deber" de defender los intereses del pueblo saharaui hasta que lleven a término la descolonización que Marruecos truncó en 1975.


Llama sin embargo la atención que las palabras textuales de Pedro Sánchez son mucho más ambiguas que los comentarios con los que en la prensa ha anunciado a bombo y platillo que Pedro Sánche le “ha entregado el Sáhara a Marruecos” dando un “giro histórico” a la solución del conflicto.


 Si vamos al texto origen de la tormenta (la carta enviada al rey Mohamed VI), vemos que lo que le dice Pedro Sánchez al monarca para animarle a hacer borrón y cuenta nueva en las relaciones con España es que “considera la iniciativa de autonomía marroquí, presentada en 2007, como la base más seria, realista y creíble para resolver este contencioso” y alaba “los esfuerzos serios y creíbles de Marruecos en el marco de las Naciones Unidas para encontrar una solución mutuamente aceptable” al conflicto.

Pero entre alabar o expresar una preferencia y entregar el Sáhara, por ahora, hay un trecho grande. Está de por medio el deber de las Naciones Unidas de aplicar el derecho internacional que desde siempre ha estado del lado de la autodeterminación del pueblo saharaui y contra el que el anexionismo marroquí se ha estrellado una y otra vez pese a contar con grandes apoyos en el Consejo de Seguridad. Aunque Pedro Sánchez se ponga a apoyar en serio la opción marroquí con todo el armamento diplomático español, a Marruecos todavía le quedarán por superar otros grandes obstáculos. Uno de ellos, es el de la firme posición que la Unión Africana ha mantenido sobre la ejecución del plan de paz de 1991 para el Sáhara del que la principal organización africana es corresponsable y que, de acuerdo con las resoluciones de la ONU y el dictamen del Tribunal de Justicia Internacional de 1975, debe culminar la descolonización del Sáhara con un referéndum de autodeterminación.

Pasarse por alto el derecho internacional, y más para un país como España que tiene entre sus preocupaciones asuntos como Gibraltar, Ceuta y Melilla, sería dar un paso muy peligroso. Quizás por eso Pedro Sánchez no ha podido hacer lo que de verdad Marruecos buscaba con su estrategia de presión. Lo que Mohamed VI exige desde hace meses es que el Gobierno socialista siga el ejemplo del presidente Donald Trump que reconoció la marroquinidad del Sáhara en un polémico tweet  cuya validez ha sido cuestionada hasta en el Congreso de EEUU.

Marruecos ha interpretado erróneamente que el poder que tiene España a la hora de lograr resolver el conflicto por su condición de potencia administradora puede servir a sus intereses. En Rabat se olvidan de que el art. 73 de la Carta de la ONU establece claramente que España no puede hacer nada que vaya en contra de los intereses del pueblo saharaui sin quebrar la Ley.

Por si no fuese suficiente, una acción del Gobierno español que no respete la autodeterminación del pueblo saharaui y la legalidad internacional tendrá que enfrentarse a ese espíritu con que el pueblo español tiende a solidarizarse con los agredidos. La guerra rusa en Ucrania ha demostrado que esta generosidad no se doblega a las consignas de sus partidos, da igual cuál sea su afiliación ideológica.

Digan lo que digan los Pedro Sánchez, Zapatero, Casado o Alberto Núñez Feijóo, no va con el alma de los españoles cargar con la culpa del crimen cometido por un tercero, ni la aceptación de la traición. Lo van a tener muy difícil a la hora de convencer a la opinión pública de que la sangre inocente de los saharauis es el precio que hay que pagar  a cambio de que Francia acepte la construcción de un gasoducto que la Unión Europea debería haber finalizado hace décadas, atendiendo a las recomendaciones de sus propios expertos para evitar el problema que ahora tiene en un brete a buena parte de la UE. Nos dijeron entonces que no podía haber extensión del gasoducto a través de la frontera entre Cataluña y Francia por el bien de la lucha contra el cambio climático. Ahora sabemos que el problema real fue la codicia y desmedida ambición de unos pocos. El colmo sería que sean los saharauis los que paguen la factura de la debilidad de España ante las maniobras de Francia y Alemania para quedarse con la batuta del negocio de la energía.

Sánchez y Feijóo se enfrentan a un gran reto porque el pueblo saharaui lleva más de 40 años firmemente instalado en el corazón de los españoles ("El Sáhara en el corazón"reza el lema del movimiento de solidaridad contra la ocupación marroquí). De nada han servido las maniobras de los políticos de derechas e izquierdas para apartarlos de ese irrefrenable deseo de poner remedio a una monstruosa injusticia que, desde 1975, a muchos ciudadanos de a pie nos sigue provocando una insoportable vergüenza.


PD. Mi recuerdo hoy es para el coronel Javier Perote, uno de los "padres" de la batalla contra el olvido de la injusticia cometida por España en el Sáhara Español. Desde allí arriba sé que no nos pierde de vista para que no olvidemos que llevar en el corazón al pueblo saharaui, es la mejor receta para contribuir a que la paz vuelva a su tierra.

lunes, 23 de noviembre de 2020


 

 

La crisis en Canarias, el Sáhara, Pablo Iglesias y Adolfo Suárez 

 

En esta segunda semana de vientos de guerra en el Sáhara, la principal amenaza contra la verdad en este conflicto ha surgido de la engañosa interpretación dada por la mayor parte de la prensa española a las causas de la llamada crisis migratoria en las islas Canarias. La conclusión a la que conducen a la audiencia es que la oleada que ha llevado al archipiélago unos 16.000 emigrantes, la mayor parte jóvenes marroquíes, tiene un origen espontáneo,  y es un fenómeno totalmente ajeno a la vuelta a las armas en el vecino Sáhara Occidental.
  
En los medios saharauis, sí se ha dicho alto y claro que la invasión de pateras está diseñada y orquestada por el Gobierno de Marruecos para forzar a España a estar de su lado en caso de que el Frente Polisario mantenga su decisión de volver a las armas, tal y como anunció la semana pasada. La razón de este chantaje es obvia, pues España sigue siendo legalmente la potencia administradora del Sáhara Occidental y su voz es determinante en la ONU para la solución del conflicto.

 

 Un texto de la agencia Europa Press ha reaccionado a esta hipótesis recogiendo la versión con la que, desde el Ministerio de Exteriores, “se ha desvinculado el aumento de migraciones a Canarias del contencioso en el Sáhara”. El dato con el que desde el Gobierno de Sánchez se rechaza la relación entre los dos temas, es que la aluvión de pateras comenzó a aumentar en la última semana de agosto y la primera de septiembre, mucho antes de que estallase la llamada crisis del Guerguerat que desembocó en una intervención marroquí contra civiles a la que el Polisario reaccionó la semana pasada dando por acabada la tregua vigente desde 1991. 

 

 

La conexión entre  pateras y conflicto en el Sáhara

 Las fechas, efectivamente, no apoyan una relación de causa y efecto entre crisis del Guergerat, que comenzó a cocerse el 21 de octubre, y flujo de pateras. Pero le faltó añadir al autor de la información de la agencia, que si repasamos la hemeroteca de agosto, veremos que hay una coincidencia entre la escalada de emigrantes rumbo a las Canarias y la desesperada actividad diplomática desplegada por Marruecos para intentar evitar el nuevo revés que acabó cosechando en septiembre en la Asamblea de las Naciones Unidas.

 

 No es de extrañar que el Gobierno de Pedro Sánchez haya querido negar la conexión pateras-Sáhara. Reconocerlo públicamente provocaría un nuevo subidón de adrenalina a Mohamed VI y, con ello, más pateras (como mínimo). Si a ello le sumamos que el PSOE lleva años instalado en una política descaradamente promarroquí en la cuestión del Sáhara (recordemos su deleznable papel en la matanza de Gdaim Izik, a favor de los asesinos), verde y con asas, una cacerola: la lógica lleva a que desde el Gobierno se defienda una versión de los hechos en la que el Gobierno marroquí, como mucho, se ha limitado a no colaborar.

 

El presidente Adolfo Suárez se pronunció a favor del referéndum

 El PP también ha optado no poner en duda la inocencia del Gobierno marroquí en la crisis de las pateras. Ello le ha dado a los medios de la derecha munición en su guerra contra el Sanchismo y Pablo Iglesias, culpando al líder de Podemos del problema en Canarias. Lo grave es que para lograr el objetivo de demostrar su “irresponsabilidad”, Diarios como La Razón o los tertulianos de El Cascabel de la televisión de la Cope, entre otros, han transmitido a su audiencia una visión de lo qué pasa en el Sáhara muy deformada y confusa. La conclusión que sugieren es que recordar que la solución del conflicto del Sáhara tiene que pasar por un referéndum de autodeterminación, es la “irresponsabilidad” de un político sin capacidad de hacer política de estado, y no el punto clave de un plan de paz que el propio Gobierno marroquí negoció y firmó con la ONU.

 

 Se les ha olvidado que lo que dice ahora Pablo Iglesias ya lo defendió en 1979 un político nada sospechoso de ser comunista como fue el presidente del Gobierno Adolfo Suárez, en un período mucho más delicado para España como fue la transición, en el que tuvo que elegir entre la verdad y la mentira. ¿También Adolfo Suárez era un “irresponsable”? 


La deformante polarización ideológica

 No hubiese estado de más que en la derecha hubiesen recordado estos días que, como dicen desde el Ministerio de Exteriores, las pateras comenzaron a invadir las Canarias en agosto. Basta con tirar de hemoroteca para comprobarlo. Precisamente, en esa fase final del verano una personalidad de prestigio en la derecha como es el exministro de Exteriores Margallo dijo en una entrevista que “Marruecos utiliza la inmigración ilegal para chantajear a España” y que “cuando algo les molesta, abren la mano y nos encontramos con avalanchas de emigrantes”.

 

 No encajo en ninguno de los dos bloques de la España polarizada (según las encuestas somos un 4%) y no es un misterio que nunca me ha gustado Pablo Iglesias. De hecho, sigo sin fiarme de él y sus reales intenciones y objetivos con la cuestión del Sáhara. Pero me preocupa el perverso uso político que la derecha está haciendo de su intervención. En la guerra ideológica que ha dividido a España en dos bloques, su ofensiva anti-Pablo Iglesias amenaza con conducir a buena parte de los españoles que están muy enfadados con el actual Gobierno a detestar al Frente Polisario y el pueblo saharaui en nombre de la lógica de la polarización que dicta que “el amigo de mi enemigo, es mi enemigo”.

 

 Si nadie logra parar la nueva guerra en el Sahara, esta estrategia alimentada por el PP de Casado y el PSOE de Sánchez nos puede llevar a revivir la situación vergonzosa de 1976, cuando el Gobierno español miró hacia otro lado y no dijo ni mu en la ONU mientras la aviación marroquí segaba miles de vidas de civiles saharauis bombardeándoles con bombas de fósforo y napalm. La administración española todavía estaba en el territorio. ¿Es esta la España que queremos?

 

PD. Para los que quieran saber más sobre la posición de Adolfo Suárez y el Sáhara aquí tienen el enlace al libro editado por el Observatorio Aragonés sobre el Sáhara Occidental en el que participé con un capítulo dedicado a este tema. La pandemia no nos dejó hacer una presentación como se merece el esfuerzo de los editores pero, quizás, más adelante podremos recuperar el tiempo perdido. Se titula Sáhara Occidental. Del abandono colonial a la construcción de un estado. Os lo podéis descargar aquí:

https://observatorioaragonessahara.org/sahara-occidental-abandono-contruccion-estado/

 

 





domingo, 15 de noviembre de 2020

El conflicto del Sáhara se “descongela”. Como siempre, la primera víctima ha sido la verdad

 

Ya lo advirtió el anterior secretario de las Naciones Unidas Ban Ki-Moon hace años, que la falta de ineficacia de la ONU a la hora de cumplir con su misión en el Sáhara Occidental, acabaría agotando la paciencia de los saharauis y quebrando esa falsa paz que surge de los llamados conflictos “congelados”. Nadie hizo caso porque, entre otras cosas, varios miembros del Consejo de Seguridad tenían interés en favorecer a Marruecos y que la ONU no organizase el referéndum de autodeterminación al que, de acuerdo a las resoluciones de Naciones Unidas, tiene derecho el pueblo saharaui.

 

“Conflicto congelado” es un término muy utilizado en jerga geopolítica para esos problemas que no están resueltos pero no generan campos de batalla y que la comunidad internacional deja a un lado para resolver otros asuntos más urgentes donde sí corre la sangre. En los últimos veinte años se ha utilizado, por ejemplo, para resumir la situación de la descolonización pendiente de la antigua provincia española situada a apenas 100 kilómetros de las islas Canarias. Muchos pensaban que las componendas que mantenían el congelamiento no iban a variar, empezando por el propio Gobierno marroquí que, con éxito, ha logrado impedir a la ONU aplicar su plan de paz para el Sáhara (que Marruecos aprobó) sin ser nunca condenado por ello. Hasta que la intervención marroquí en el Guerguerat esta semana contra una protesta de civiles saharauis ha operado el descongelamiento en menos de 24 horas y forzado a la diplomacia internacional a moverse con desenfreno para evitar sus desastrosos efectos en esa zona del África occidental, ya de por sí bastante martirizada por varios focos de violencia.

 

Hay varias evidencias de que la reacción del Frente Polisario a la acción militar marroquí esta vez va más allá de esos avisos verbales con los que, desde hace semanas, venía advirtiendo que la ONU estaba jugando con fuego al no cumplir con sus compromisos y poner fin a las intervenciones marroquíes en el Guerguerat. Estamos hablando de una zona desmilitarizada por acuerdo tanto de Marruecos como del Frente Polisario y donde no deberían entrar ni tropas, ni construirse puestos de aduanas, como en cambio han hecho las autoridades marroquíes para visibilizar la anexión de un nuevo trozo de la colonia española que no controlaban antes de la implantación del alto el fuego en 1991.  Un primer indicador de que incluso Marruecos ha percibido el cambio, es que, como suele ocurrir en todo conflicto armado, ya se está cumpliendo ese lema vigente desde el estallido de la I Guerra Mundial y que marcó el arranque de la era de la desinformación masiva mucho antes de que existiese Internet: en cuanto estalla la guerra, la primera víctima de los disparos es la verdad. 

 

Un buen ejemplo de ello son las informaciones con las que la agencia oficial de noticias de Marruecos (MAP) está ocultando la verdad a su opinión pública y, de paso, dando ideas a posibles aliados para que contribuyan al ruido de la verdad deformada e incompleta, clave para el éxito de los movimientos diplomáticos a favor de sus intereses. Llaman la atención los numerosos titulares que intentan justificar la intervención marroquí contra los participantes en la protesta a través de representantes y supuestos activistas saharauis que intentan dar la idea de que la mayoría de la población saharaui de los territorios ocupados por Marruecos apoya la intervención de las fuerzas armadas y rechaza los planteamientos del Frente Polisario calificándolos con el despectivo y erróneo término de “ideologías obsoletas”.

Es el caso de un supuesto activista de los derechos humanos que declara que  “La decisión de Marruecos de actuaren Guerguerat, es una consagración de la paz y la seguridad en la región” o el titular que recoge que “El Consejo regional de Dajla-Río de Oro aplaude la decisión de Marruecos de actuar en Guerguerat”. En ambos se oculta, que la protesta civil tenía por objetivo llamar la atención de la ONU y exigirle algo tan poco “ideológico” como es el plan de paz, eliminando el puesto de aduanas y organizando el referéndum de autodeterminación.

Ya comentamos aquí esta tendencia de la monarquía alauita a mentir a su opinión pública. Tampoco es un secreto que en el Sahara Occidental ocupado no existe la libertad de opinión necesaria para decir lo contrario de lo expresado por estos titulares. Pero llama la atención de que, 45 años después de la supuesta Marcha Verde realizada por miles de civiles marroquíes para “recuperar” (como dijo entonces el rey Hassán II) “pacíficamente” el territorio saharaui, su hijo y actual rey Mohamed VI siga ocultando la verdad de la situación ilegal que mantiene la presencia marroquí en el Sáhara, de acuerdo a derecho.

En estas y otras informaciones de la MAP se da por hecho que el Sáhara forma parte de Marruecos y que el Frente Polisario (que para la ONU y la Unión Africana es un movimiento de liberación) es para Rabat un movimiento “terrorista” y “separatista” alentado y armado por la obsesión de la vecina Argelia en acabar con su grandeza imperial. Se oculta cuidadosamente a los ciudadanos marroquíes que el Sáhara sigue siendo para la ONU un Territorio No Autónomo (pendiente de descolonizar, es decir, una colonia). Cambiar a la versión del derecho internacional,  les obligaría a reconocer que el rey Hassán II les mintió descaradamente en 1975 cuando les aseguró que el Tribunal Internacional de La Haya había reconocido la “marroquinidad” del territorio y que el problema de la legalización de su anexión por la vía de los hechos consumados quedó zanjado por esos acuerdos de Madrid firmados el 14 de noviembre de 1975 con el último Gobierno del dictador Francisco Franco.

La versión de Rabat convierte incluso en crimen traspasar la línea roja que separa esta trola manifiesta con la verdad certificada por las resoluciones de la ONU y la propia presencia de los cascos azules de la MINURSO, la Misión de la ONU para el Referéndum del Sáhara Occidental: los acuerdos de Madrid nunca tuvieron validez porque eran contrarios a derecho, entre otras cosas porque el TIJ reconoció que el Sáhara nunca formó parte de Marruecos y que la descolonización de la colonia española debía hacerse con la organización de una consulta tal como habían marcado las resoluciones de la ONU desde los años sesenta.  Como la mentira llama la mentira, no hay que sorprenderse de que, en la versión fantasiosa y propia de un régimen sin respeto por los derechos humanos de sus propios ciudadanos, la presencia de los cascos azules no tenga que ver con la organización de esa consulta a la que alude la R de las siglas de la MINURSO, sino con el mantenimiento de la paz frente a los aviesos planes del “enemigo” argelino.

El reto marroquí de justificar una agresión

Como en toda pieza de propaganda falsificadora hay un elemento interesante y a tener en cuenta en la versión marroquí: el abierto reconocimiento por parte de Rabat de que sus fuerzas armadas han sido las primeras en violar el alto el fuego empuñando las armas para acabar con una protesta de civiles. El gran reto de Rabat es ahora demostrar a sus ciudadanos que la comunidad internacional está aplaudiendo su intervención en el Guerguerat. De cara a los foros internacionales, no le queda otra que intentar justificar la acción de su ejército asegurando que se vio obligado a tomar la iniciativa en defensa de la paz y la “integridad nacional”.

A ver ahora cómo reacciona el Gobierno del PSOE y Podemos de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias que, pese a su entusiasmo por el derecho internacional, todavía siguen sin declarar oficialmente nulos los acuerdos de Madrid y negando con ello la doctrina de la ONU que señala al Sáhara como un Territorio No Autónomo y a  España como su potencia administradora. De haberlo hecho, Pedro Sánchez no hubiese consumado el pasado mes de septiembre en las Naciones Unidas la triste intervención ante la Asamblea General de la ONU con la que suscitó la alegría de los invasores marroquíes y la indignación saharaui al exigir una solución “política justa, duradera y mutualmente aceptable” para el problema. El esmero con el que obvió toda alusión al derecho a la autodeterminación de la colonia española sin duda ha favorecido el “descongelamiento”.

A Pedro Sánchez seguramente le pasó una mala jugada esa extendida creencia de que la paciencia saharaui ante la injusticia no se iba a agotar. Lo sorprendente es que no le hizo cambiar el rumbo la avalancha de pateras con miles de emigrantes con que el rey Mohamed VI viene inundando en las últimas semanas las islas Canarias para forzar al Gobierno de España a ser su cómplice. Pedro Sánchez y Pablo Iglesias tendrás sus razones. Pero, ¿Y ahora qué? ¿Van a permitir que España se convierta en culpable de un nuevo derramamiento de sangre a las puertas de su casa?

viernes, 29 de abril de 2016

Marruecos expulsa a la Minurso: ¿por qué Mohamed VI se quiere librar de un gran chollo?



La expulsión de la MINURSO del Sáhara Occidental ha disparado un alto riesgo de guerra en la región. Pese a ello, la prensa tradicional española no le dedica demasiada atención y, cuando lo hace, no contribuye a sacar de la confusión a la opinión pública. No parece que haya quedado claro que referirse a la zona del Sáhara Occidental que controla Marruecos con el término “ocupado” sea llamar las cosas por su nombre y no una opinión “personal” y sesgada, como dicen en Rabat, del secretario general de la ONU que pueda justificar la expulsión de los cascos azules. En realidad, Marruecos ya venía preparando este giro hacia el conflicto. Lo que no se entiende, es qué puede haberle llevado a intentar librarse de un status quo que, desde 1991, ha beneficiado exclusiva e inequívocamente, a Marruecos.



La confusión y términos equívocos con la que están informando la mayoría los medios tradicionales sobre la actual crisis del Sáhara Occidental es llamativa. Hablamos de ello en el programa N. 47 de EntreLíneas en la radio de El Vórtice. Un buen ejemplo de los perversos efectos que pueda tener la falta de contexto con un tema que ha sido intencionadamente olvidado en la prensa de papel, fue el artículo con el que arrancamos el programa para poner en evidencia lo que en las informaciones se da y lo que se omite, con un resultado deformante.

En ese texto publicado en el diario El País,  se da el dato de que la bronca del rey de Marruecos comenzó porque a Mohamed VI le indignó que el secretario general de Naciones Unidas usase el término “ocupado” para referirse al Sáhara Occidental bajo control marroquí desde la invasión de 1975. Ya dijimos que la información sobre ese viaje de Ban Ki Moon careció de importantes omisiones en la prensa. Pero resulta preocupante que en textos como el que analizamos sigan brillando por su ausencia las referencias de contexto para recordar por qué Ban Ki Moon no ha cometido ninguna incorrección y no ha hecho más que llamar a las cosas por su nombre, de acuerdo a derecho internacional.  

Mientras Mitoa (conductor del programa) leía el artículo, se me vino a la cabeza un artículo de opinión publicado recientemente  por El País sobre la cuestión jurídica, firmado por un supuesto “experto” profesor universitario en la cuestión del Sáhara Occidental, donde se cuestionaba la contundencia del dictamen del Tribunal Internacional de La Haya  de 1975 que confirmó que el Sáhara Occidental nunca había formado parte de Marruecos antes de la colonización. Con esa lectura que ocupaba toda una página en la recámara, no es difícil que los lectores de El País, un diario que no suele publicar gran cosa sobre el conflicto del Sáhara Occidental, acaben pensando que Ban Ki Moon expresó una opinión “personal”, como dicen en Rabat, y no un hecho tan impepinable que ha impedido durante 40 años a la comunidad internacional reconocer la soberanía marroquí sobre el territorio del Sáhara Occidental que ocupa.
 

Mohamed VI quiere una misión de la ONU sin referéndum 

 Llama también la atención el sentido que se le da en la mayoría de las informaciones al hecho de que la expulsión marroquí ha afectado a personal civil pero no a los cascos azules militares, encargados de vigilar el mantenimiento del alto el fuego.  Se podría pensar que Marruecos ha tenido un detalle con la ONU permitiendo que se quedase lo más “importante” de la misión.  Desgraciadamente, no es así.

El rey Mohamed ha tenido siempre muy claro que lo que le sobra de la Misión de Naciones Unidas para el Referéndum del Sáhara Occidental es la "R" de referéndum. La consulta era el objetivo de la misión de los cascos azules que, en virtud de un acuerdo  del propio gobierno marroquí y el Frente Polisario, desembarcó en el territorio en 1991. Fue a cambio del referéndum que el Frente Polisario renunció a la lucha armada.

Como ya expliqué hace tiempo en otros artículos más académicos sobre el misterio de los cascos azules, desde 1991, Marruecos se ha dedicado a sabotear a conciencia la labor de la ONU para impedir que organizase el referéndum. Lo ha hecho con total impunidad gracias a la complicidad de la comunidad internacional que ha mirado hacia otro lado, con contadas excepciones como la del fallecido embajador estadounidense Frank Ruddy que fue durante un año un alto cargo de la misión. 

La MINURSO se convirtió así en un auténtico chollo para Marruecos que ha seguido asesinando y robando los recursos saharauis sin tener que afrontar el ingente gasto y esfuerzo humano que, hasta 1991, le suponía tener que defender lo invadido de los ataques del Frente Polisario. Como la ONU hasta ahora se ha limitado a echar la culpa del bloqueo del plan de paz a las dos partes por igual, los saharauis no tenían otra opción que la de callar y soportar, con la espada de Dámocles sobre sus cabezas de que si volvían a tomar las armas, les iban a acusar de ser los culpables de quebrantar la paz. No es de extrañar que los saharauis, cuando hablan con relajo, estén en el fondo contentos con lo que ellos consideran un "error" de Mohamed VI, y digan que si el Consejo de Seguridad no logra que Marruecos obedezca a su decisión a favor de que vuelva la MINURSO a El Aaiún, tanto mejor.

La incógnita que, por ahora, no se puede despejar, es la auténtica razón que ha impulsado a Mohamed VI a poner patas arriba un status quo del que Marruecos era el principal beneficiario.  Lo del problema “semántico” con Ban Ki Moon tiene todas las trazas de pura cortina de humo ya que, antes de que el secretario general pronunciase la palabra “ocupado” durante su polémica visita a los campos de refugiados del Frente Polisario, la diplomacia marroquí ya llevaba meses torpedeando sus planes de visita al territorio. Mohamed VI hace rato que viene preparando un escenario de conflicto y, si no, que se lo pregunten al Gobierno argelino que el pasado diciembre se quedó pasmao cuando el Gobierno de Marruecos se puso a reclamar ante la ONU el derecho a la autodeterminación para la Cabilia argelina que, por cierto, anda algo revuelta últimamente. En Argel sospechan que con ayuda del Gobierno marroquí.


PD.  Para quien quiera saber más de la actual crisis en el Sáhara Occidental el coronel Diego Camacho y yo elaboramos un texto de resumen de lo que tratamos en el Programa de El Vórtice  titulado Al borde del conflicto bélico. Por si queréis consultar el texto o el audio, aquí lo tenéis: 

Al borde del conflicto bélico / VEL Entre Líneas 47.

http://www.elvorticeradio.com/vel-entre-lineas-47-al-borde-del-conflicto-belico/#.Vx6D-nDy-P8  

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