Una mirada a África como tablero de la geopolítica internacional

miércoles, 8 de agosto de 2012

Francia se crispa y pasa de la ONU





Refugiado de Malí en Burkina Faso.
Foto: UNHCR / H. Caux




Por ahora, no hay mandato de la ONU para la intervención de los países de la Comunidad Económica de los Estados del África Occidental (CEDEAO)  en Malí. En la reunión de ayer para tratar la cuestión, Ban Ki-moon le dio la razón a Francia y sus aliados africanos: la secesión tuareg está convirtiendo el norte del país en un santuario terrorista. Pero, a la hora de tomar medidas, se ha limitado a recomendar al Consejo de Seguridad  unas “sanciones selectivas, financieras y la prohibición de viajar, para individuos y grupos de Malí que estén implicados en actividades terroristas,  extremismo religioso y actividades criminales”.  

Los portavoces  de la CEDEAO han respondido que, pese a no tener la resolución que esperaban lograr, seguirán con los preparativos  del despliegue de 3.300 hombres y lo harán sobre terreno. Dicen que todavía confían en lograr el mandato antes de entrar en acción.

En términos parecidos, reaccionó Gerard Araud, el embajador francés ante la ONU en Nueva York. Algo crispado, vino a decir que la fuerza africana que París apoya, puede pasar de resolución de la ONU para actuar porque, legalmente, para intervenir en Malí, basta con que se lo pida el Gobierno de Bamako y eso está hecho. Pese a ello, Francia va a seguir intentando obtener una resolución de la ONU. Se supone que prefieren no correr el riesgo de que les acusen de violar la legalidad de la ONU, como le ocurrió al presidente Bush cuando lideró la intervención en Irak que acabó con Sadam Hussein. Puede que tengan otra oportunidad para ello el día 11.



¿Qué pinta España en la intervención francesa contra los tuareg?


Campos de refugiados tuareg de Malí en Burkina Faso.
Foto: UNHCR / H. Caux

Recapitulando y concluyendo:  el día 28 el Gobierno español anuncia una súbita operación urgente para rescatar a los cooperantes españoles en los campamentos. Los amigos del pueblo saharaui sospechan que lo del “peligro yihadista” oculta una maniobra para desprestigiar al Frente POLISARIO y, una semana después, García-Margallo reconoce que esta operación había sido “demasiado radical”. Pero el peligro en la zona sirve para anunciar un apoyo a una intervención en Malí que interesa mucho a Francia de cara al debate que hoy está previsto se desarrolle en la ONU.
No ha quedado demostrado en qué consistía el peligro (sin novedad desde el pasado diciembre) pero Rajoy ha evitado una posible polémica sobre la intervención. ¿Hubiese logrado lo mismo sin el show del ministro Margallo de Alerta en el Sáhara?


El Gobierno de Rajoy  hasta ahora no se había pronunciado sobre el proyecto francés de hacer intervenir una fuerza “africana” en Malí y eso que, desde abril, Francia se mueve con determinación y sin pausa a la caza de adhesiones a su plan, especialmente entre los socios de la Unión Europea. En junio, por ejemplo, la "necesidad” de actuar en Malí contra la secesión tuareg (lo que ocurra en Bamako le importa menos a París) se convirtió en uno de los temas estrellas de la reunión que celebraron en la capital francesa los ministros de defensa de Francia e Italia. Sus conversaciones tenían en principio como objetivo el relanzamiento de un proyecto de defensa europeo. Pero, héte ahi que, en la rueda de prensa que siguió al encuentro, el ministro francés anunció con solemnidad que Francia e Italia desean "una acción común" de los países europeos especialmente de los que se sientan afectados directamente por la crisis del Sahel" para dar una "respuesta global". El ministro italiano se limitó a matizar que “no hay que pensar siempre en una intervención militar y que la cooperación, el apoyo, es la fuerza de Europa”.

España es uno de los países de la UE, por sus intereses en el norte de África y vecindad geográfica, más autorizados para jugar el papel de “afectado” que le conviene a la causa de la intervención de Francia que se juega con la secesión tuareg un duro golpe a su hegemonía en el norte de África. Seguro que, igual que los franceses hablaron con los italianos para conseguir su apoyo, lo hicieron con el Gobierno de Rajoy que no se ha decidido hasta que la reunión del Consejo de Seguridad que hoy analiza su plan, se echaba encima. Es lógico que el Gobierno del PP se lo pensase, ya que  los intereses de España y Francia en este tablero no son del todo coincidentes: Francia con esta iniciativa busca restablecer un orden que ha asegurado, desde la independencia de Malí, la permanencia en Bamako de una clase política muy sumisa y favorable a las interferencias de la madre-patria, especialmente en lo relativo a la estrategia francesa para frenar la hegemonía regional de la rebelde Argelia. Sumemos a sus razones que el funcionamiento del interruptor de la luz de los hogares franceses depende de un programa energético cuya materia prima es el uranio de Níger y Malí.

España, en cambio, en esta partida habrá tenido que tener en cuenta las reticencias de Argelia, vecino del que depende nuestro abastecimiento de gas y aliado clave en la lucha contra el terrorismo islámico. El Gobierno presidido por Buteflika, hasta ahora, se ha opuesto a la intervención en Malí como por otra parte ya se opuso a la intervención internacional en Libia, dando con ello motivos a los franceses motivos para sospechar que un estado independiente del Azawad entraría en una indeseable órbita de los argelinos.


El ministerio de Exteriores español sí se había adherido a las condenas internacionales contra el auge de las bandas terroristas islamistas y la destrucción del patrimonio cultural realizado por estos yihadistas que, curiosamente, no quieren la independencia del Azawad. Quienes declararon la independencia el 6 de abril son los tuareg del Movimiento de Liberación Nacional del Azawad que, curiosamente, aseguran haber tomado las armas contra el Gobierno central con el propósito de expulsar a las bandas islamistas radicales que pululan por la región desde hace diez años gracias, dicen estos rebeldes,  a la tolerancia y complicidad de la clase política de Bamako a la que acusan de haberse enriquecido actuando como mediadores en los muchos secuestros de europeos que ha habido en la zona.  Difícil aclarar cuál es la versión buena, si la de quienes dicen que los islamistas y los del MLNA van de la mano, o la de los tuaregs enfrentados a los grupos islamistas de Ansar el Dine, Mujao y Al Aqmi, pero lo que sí han advertido los expertos del Real Instituto Elcano, dependiente del Ministerio de Exteriores, es que una intervención militar internacional podría dar alas a las fuerzas yihadistas y aumentar el riesgo de golpe terrorista contra España, lo que no favorecía un apoyo que al final se ha acabado dando.

Otro problema para Rajoy era el de la posible reacción de la opinión pública española: dados los precedentes, lo normal es que le tema más que a un nublado a un nuevo “No a la guerra” como el que hubo contra Aznar por la intervención en Irak, y más estando de por medio ese potente movimiento social de amigos del pueblo saharaui que se ha vuelto muy sensible a todo movimiento francés (y por tanto promarroquí) en los aledaños del pueblo saharaui.

El peligro de nuevos secuestros de cooperantes españoles, en cambio, ha acabado con estos obstáculos: casi, casi, a los simpatizantes del pueblo saharaui les ha parecido bien que España se una a un plan que, supuestamente, va a permitir que los españoles sigan cooperando en los campamentos sin temor a ser secuestrados.

La pregunta del millón ahora es qué gana España en todo esto: tal como están las cosas no estamos para exigir sino cruzar los dedos. Además, le debemos un favor a los que nos ayudaron a lograr la liberación de los tres cooperantes secuestrados en el Sáhara (el Gobierno de Bamako y Burkina Faso) grandes promotores de la intervención y sumisos aliados de la estrategia francófona en el continente africano. -capítulo 5 y FIN




PD. Con esto se acaba esta serie con la que he intentado recuperar el tiempo perdido en la ausencia del mes de julio y, sobre todo, las piezas del rompecabezas que creo faltaban para encajar el misterio de la súbita repatriación de los cooperantes. Con estos elementos, que cada uno saque sus conclusiones. Lo importante ahora, es que pasará hoy en Nueva York, si en el Consejo de Seguridad de la ONU por fin hablan de Malí.

martes, 7 de agosto de 2012

La importancia del apoyo español a Francia en Malí. ¿Quién pagará la intervención "africana"?



Huidos del conflicto de Malí en el campamento de refugiados de Mangaizé, en Níger. /Foto: UNHCR/ H. Caux

Visto lo visto, si alguien ha salido beneficiado hasta ahora de la polémica sobre la amenaza yihadista en los campamentos del Frente Polisario, es Francia, y con mucha distancia respecto a Marruecos. Mañana el Consejo de Seguridad de la ONU puede que adopte una medida que puede marcar el comienzo de una nueva fase en la geopolítica del norte de África, la de la intervención militar en Malí, una misión africana en cuanto a contingente humano pero esencialmente francesa en su espíritu. Para Francia, la adhesion española es muy importante porque uno de sus ases con los que espera convencer al Consejo de Seguridad para que de luz verde a la misión militar que ya está lista para aterrizar en Bamako es que tiene en este asunto el respaldo de la Unión Europea tanto en el plano político como en el económico.

Respecto a lo político, ya hemos dicho que para Francia esto de impedir que se consolide un estado tuareg en el Sahel es prioridad número 1 y, aunque  contará mañana con la gran ventaja de que este mes preside el Consejo de Seguridad, no las tiene todas consigo para salirse con la suya.  En cuanto al asunto financiero, cuando le han preguntado a Gérard Araud, el representante francés ante la ONU,  quién se va a hacer cargo del coste de la misión de 3.000 militares africanos de la MICEMA (que los tiempos no están para bromas), él ha contestado que la Unión Europea.


Todo hay que decirlo, Araud también ha hablado de gasto “bilateral” lo que Francia ya está aplicando demostrando así que, cuando se trata de sus intereses imperiales en África, no hay recortes que valgan. Por ejemplo, el presidente de Costa de Marfil, Allassane Ouattara acaba de ser agraciado con la condonación de la deuda de su país con Francia en una de esas muchas idas y venidas que ha tenido a París para coordinar con el Gobierno de Sarkozy, y ahora de Hollande esa intervención que supuestamente es iniciativa de la CEDEAO, la Comunidad Económica de Estados Africanos del África Occidental) de la que el Ouattara es ahora el presidente en ejercicio.
Pese a que la francofilia de Ouattara es tan antigua y leal como para que Francia no parase en la ONU hasta promover una acción armada en Costa de Marfil que le puso de nuevo en la presidencia, esta ayuda de la deuda le va a venir de perlas al dirigente africano para callar las voces críticas por sus muchas cuentas pendientes con el respeto a los derechos humanos.

Este detalle del gasto que tendrá la MICEMA no es menor. Como ha dicho en un artículo (uno de los muchos aparecidos en la prensa francesa haciendo campaña a favor de la intervención), el antiguo asesor del presidente François Mitterrand Jacques Attali, para acabar con la secesión en el norte de Malí “hará falta una acción militar sobre el terreno, con un apoyo logístico a distancia, medios de observación, drones y una capacidad de encuadramiento estratégico. ¿Quién puede hacer todo esto? Evidentemente, no el gobierno maliense por sí solo, que no tiene armas ni autoridad. Tampoco la CEDEAO que no tiene los medios suficientes para asegurar el conjunto de las acciones necesarias”.


 
¿Y cuál es la solución que ofrece Attali? Allá va: “Europa tendrá evidentemente que estar unida y ponerse en situación de decidir y actuar…si las actuales mediaciones fracasan, habrá que reflexionar sobre la posibilidad de poner en marcha una coalicion del tipo de la que ha funcionado en Afaganistán, antes de que un equivalente del 11 de Septiembre nos lo acabe imponiendo”.

Habrá que ver qué dice Angela Merkel del asunto, ella que es tan estricta con los temas económicos cuando se trata de achuchar a España.  En principio este tipo de gasto no es lo que le va al pelo al tambaleante euro pero, quién sabe si los yihadistas tienen entre sus objetivos acabar con la moneda única en la Unión Europea: bastaría con facilitarle la tarea al presidente Hollande con un nuevo 11-S o (11-M) al que alude Attali. Ni la Merkel ni ninguno del resto de los socios podría decirle que no sin cargársela con sus votantes.

Por cierto:  habría que pedirle a García-Margallo en qué va a consistir el apoyo español, si es un asunto meramente moral o saldrá del recorte al subsidio de los parados (por ejemplo). Continuará-4

lunes, 6 de agosto de 2012

La intervención en Malí que Margallo apoya, es máxima prioridad para Francia




Votación el 5 de julio pasado en el Consejo de Seguridad de la  resolución 2056 (2012) sobre Malí.
Foto: UN Photo/Devra Berkowitz



Volvamos al  fin de semana en que García-Margallo dejó de librar para montar el show de Alerta en el Sáhara (una alerta que ahora resulta no era para tanto). Mientras nuestro ministro aprovechaba la supuesta inseguridad en la zona para anunciar el apoyo español a una intervención en Malí, su colega francés, Laurent Fabius también tenía un fin de semana de los más intensos con el Sahel de telón de fondo. Esa intervención en el norte de Malí que a los españoles les sonó a tema marginal,  se ha convertido en cambio en maxima prioridad para Francia. El próximo miércoles 8 de agosto, el Consejo de Seguridad de la ONU volverá a tratar el tema y toda la diplomacia gala está movilizada en una carrera contrarreloj, política y mediática, para lograr en esa reunión la luz verde que necesita para que la MICEMA, la fuerza que sus satellites africanos de la CEDEAO ya han organizado, pueda desembarcar en Bamako.

Los franceses ya lograron un importante tanto en su estrategia para lograr el objetivo cuando, el pasado 5 de julio, propusieron al Consejo de Seguridad de la ONU un proyecto de resolución pidiendo que se apoyase una intervención africana. Se aprobó un texto, l
a resolución 2056 (2012) que recogía el grueso de las aspiraciones gala (aquí tenéis el texto). Se prevé en efecto la posibilidad de aplicar ese capítulo VII de la Carta de Naciones Unidas que consiente la intervención militar contra los violadores del derecho internacional como podría ser el caso de Marruecos, con su invasion ilegal del Sáhara Occidental que, desde luego, no sólo amenaza y quebranta la paz (como requiere el título del epígrafe onusiano) sino que es una clara agresión al pueblo saharaui. Pero así como en la cuestión del Sáhara los franceses vetarían toda aplicación del capítulo VII (ya lo hacen para que los cascos azules puedan vigilar las violaciones de los derechos humanos en el Sáhara ocupado), en lo de Malí, se han dado mucha prisa para convencer al Consejo de Seguridad de que hay que intervenir en este país saheliano no sólo por la grave preocupación que genera la  “inseguridad y el rápido deterioro de la situación humanitaria en la región del Sahel”, sino por “la amenaza para la paz y la seguridad internacionales” que se derivan de este conflicto.

El triunfo francés no fue, sin embargo, total ya que la ONU
condicionaba la acción militar a una hoja de ruta de cuyo cumplimiento depende que el día 8 vaya la vencida para el Gobierno de Hollande. En la ONU  surgieron dudas, por ejemplo, sobre la utilidad de una intervención en el norte para acabar con la secesión del Azawad, sin antes haber puesto orden en Bamako donde, desde el golpe de estado militar del 22 de marzo  sigue sin ser restaurado el orden constitucional. Y lo peor, no es que los malienses se hayan quedado sin los avances democráticos de los que habían podido presumir frente a otros vecinos del entorno, sino que las luchas de facciones han sumido las calles de Bamako en un marasmo y dejado un vacío de poder que es el que aprovechó la rebelión tuareg para tomar el norte y declarar la independencia, desafiando a Francia.

Así que, mientras García-Margallo anunciaba una extraña operación para repatriar a los cooperantes españoles de los campamentos saharauis, su homólogo Laurent Fabius se hallaba en pleno frenesí diplomático con una gira por los países de la zona cuyo "sí" es clave para que la intervención tenga ese consenso africano sin el que no habrá desembarco de la MICEMA: Senegal (donde se encuentra exiliado el presidente maliense derrocado en marzo), Chad, Burkina Faso y Níger en tres dias. Sin contar con la visita que Fabius ya había hecho a Argelia a mediados de julio y cuyos resultados son definitivos en el plano africano porque EEUU ya ha dicho que hay que tener en consideración la opinión de un país que ha hecho tanto por la lucha contra el terrorismo en la zona. 
  
Ese mismo fin de semana de alerta en el Sáhara, Fabius ponía en escena otro show en Bamako, cuyo objetivo es demostrar que ya se puede hablar de normalización en el Gobierno central de Malí: la vuelta al país del presidente interino Dioncounda Traoré, al que tuvieron que llevarse a París urgentemente el 21 de mayo para que se curase de la agresión de la que había sido víctima por una de esas bandas que alientan la inseguridad en Bamako y que lograron irrumpir a su mismísimo despacho del palacio presidencial. 

El emotivo discurso de Traoré de "ya estoy aquí y ahora sí vamos a salir del hoyo" fue un éxito pero, todavía queda un trecho para demostrar que esa unidad  nacional que invocó haciendo un llamamiento a la reconquista de la integridad nacional no queda en pura filfa.  El departamento de Estado en Washington ya advirtió que no hay intervención en el norte si no hay orden en Bamako así que, si Traoré no ofrece resultados, lo único que podría justificar una intervención contra la independencia tuareg sería un nuevo 11-S como el que dicen en París, podría llegar a urdir ese yihadismo que ha cobrado fuerza uniéndose a la rebelión tuareg. ¡En todo caso, vaya fin de semana de intensa diplomacia! ¿Tendrá algo que ver el show de Margallo con tanto frenesí de Fabius? -Continuará-3

sábado, 4 de agosto de 2012

Los cooperantes vuelven al Sáhara pero, García-Margallo ¡nos la coló!



 El territorio del Azawad reivindicado por los tuaregs.


Los cooperantes españoles van a volver a los campamentos saharauis de Tinduf, como estaba previsto.  Los simpatizantes del Frente Polisario dirán ahora que esto ha sido un triunfo del tesón del apoyo popular del que disfruta esta causa que ha hecho entrar en razón al Gobierno que ahora reconoce que tanto peligro no hay en esa zona. Aparentemente, todo vuelve a estar como estaba antes del show-sorpresa de García-Margallo. Todo excepto un pequeño detalle que, con tanto revuelo, ha pasado desapercibido: con el pretexto de la inseguridad en los campamentos saharauis se ha anunciado que España va a apoyar una intervención militar en el norte de Malí. 


Quizás, ante lo poco convincente que fue el ministro con la misteriosa amenaza yihadista que solo preocupaba a España y a ningún otro de los muchos países con cooperantes en los campamentos, el personal acabó pensando que lo de los planes de una ofensiva internacional formaban parte del atrezo de un show para hacer un favor a Mohamed VI. Puede también, que la noticia pasase desapercibida estando como estaba en la parte final de la declaración que los informativos televisivos y radiados acabaron en su mayoría cortando para poner más énfasis en lo que dijo el ministro en relación al escenario puramente saharaui, más cercano para los  intereses y corazones españoles. Así que no está de más repasar con calma el audio de la dramatica aparición del ministro García-Margallo (aquí lo podéis encontrar si no lo cambian de lugar en la web de Exteriores).  

Lo que dice ahí el ministro, es que la alarma que ha provocado la operación para evacuar con el envío de un avión militar a los voluntarios se plantea como un efecto colateral del conflicto que, desde finales del pasado año, ha convertido al vecino Malí en el epicentro de un fuerte movimiento desestabilizador de la región saheliana. Es curioso que, pese a que los saharauis llevan 37 años viviendo en campos de refugiados debido a la ocupación de su territorio por Marruecos, cualquiera diría que siguen en Tinduf por gusto: ni una palabra de que ningún conflicto tenga que ver con ellos.

García-Margallo lo tiene claro: si hay inseguridad en Tinduf es a causa de un terrorismo procedente de otros país que no es Marruecos sino Malí, supuesto lugar de procedencia de las bandas yihadistas que, dijo García-Margallo, se han adueñado del norte del país saheliano a raíz de la rebelión tuareg que el pasado 6 abril proclamó la independencia del Estado del Azawad, como ya contamos, desafiando a Francia. España, dijo el ministro, se va a poner manos a la obra para resolver el problema. ¿Cómo? Ahí va textualmente su solución:

“La Unión Africana y la CEDEAO (Comunidad Economica de Estados del Africa Occidental) han solicitado del Consejo de Seguridad de la ONU una resolución que de cobertura y mandato a una futura operación militar de la CEDEAO la llamada MICEMA que no sólo tendrá como objetivo asegurar las instituciones de transición en Bamako sino también hacer frente a los grupos terroristas que se han adueñado del norte del país. España apoya estos esfuerzos africanos incluyendo la posibilidad de desplegar una fuerza militar en Malí y estaría dispuesta a estudiar, junto a nuestros aliados, cómo prestar apoyo a dicha misión. Será importante contar con el acuerdo de los países vecinos con quien mantenemos relaciones muy estrechas”.

Dicho y hecho porque, aunque haya pasado desapercibido en la prensa, dos días después del show sorpresa de García-Margallo, el Secretario de Estado de Cooperación Internacional y para Iberoamérica (SECIPI), Jesús Gracia,  estaba en Níger , justo  uno de esos países vecinos a Malí con los que mantenemos “relaciones muy estrechas” y que se ha pronunciado en contra de la secesión tuareg del país vecino. Aunque oficialmente lo que llevó a Gracia a Niamey es el compromiso de España para ayudar a las poblaciones del Sahel a hacer frente a la enésima crisis alimentaria, se supone que algo habrá hablado relativo a esta intervención con todos los altos dignatarios de Níger con los que Gracia se ha entrevistado: el ministro de Planificación, Boubacar Cissé, al primer ministro Brigi Rafini, el ministro de Asuntos Exteriores, Mohamed Bazoum hasta el propio presidente Issoufou…

 El secretario de Estado de Cooperación, Jesús Gracia con el presidente de Níger Issoufou, esta semana.
Foto: Ministerio de Exteriores de España.

Los que todavía piensen que lo de la intervención era una cortina de humo deberían fijarse en cómo, desde su show-sorpresa, García-Margallo no ha perdido ocasión en cada intervención relacionada con el asunto de los cooperantes en los campamentos para seguir insistiendo en lo urgente que resulta acabar con las bases terroristas en el norte de Malí por el bien no sólo de la cooperación en el Sáhara, sino de la paz y seguridad de los españoles de la península.

Otro detalle interesante es que la propia web del ministerio de Exteriores, se ha hecho eco de la lapidación en el norte de Malí a manos de islamistas radicales de una pareja acusada de convivir y tener descendencia sin estar casada. "España condena estos hechos tajantemente, así como las violaciones y abusos de derechos humanos que están teniendo lugar en Malí en la actualidad. España apoya los esfuerzos de la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO), la Unión Africana, Naciones Unidas y la UE, para garantizar la integridad territorial de Malí, su vuelta total al orden constitucional y el cese definitivo de cualquier violación de los derechos humanos".

Os invito a verificar cuántos comunicados hay en la web de Exteriores condenando lapidaciones u otros brutales castigos infligidos en nombre de la ley islámica en países supuestamente moderados.  Lo que es seguro, es que a los simpatizantes de la causa saharaui les encantaría que el ministerio de Exteriores hiciese comunicados parecidos para condenar las violaciones de los derechos humanos y el derecho internacional en el Sáhara ocupado ilegalmente por Marruecos, El Sáhara Occidental, sí, que sigue siendo según la ONU un Territorio No Autonomo pendiente de descolonizar y legalmente bajo tutela española…Continuará- 2.

viernes, 3 de agosto de 2012

Retirada de los cooperantes en los campamentos saharauis. ¿Un show para qué?





Desfile escolar en una de las fiestas nacionales saharauis en los campamentos de Tinduf.
Foto: Ricardo Aznar

La súbita repatriación de 15 cooperantes de los campamentos saharauis del Frente Polisario, ha dado lugar a todo tipo de teorías conspiratorias: que si lo que hay detrás es una maniobra para cortar las ayudas al pueblo saharaui, que si el Gobierno de Rajoy ha cedido a un chantaje marroquí…Pese al dramatismo con que el ministro García Margallo anunció que había una amenaza de nuevo secuestro que exigía que un avión militar los devolviese sanos y salvo a la "patria" lo antes posible, no convenció a un público muy desconfiado con la gestión política (sea del partido que sea) cuando está de por medio el conflicto saharaui. Ha cundido así la sospecha de que algo se oculta en el show Alerta en el Sáhara del ministro que nada tiene que ver con el riesgo de un nuevo golpe yihadista en los campamentos de refugiados. Hay motivos para ello pero, ¿realmente el beneficiario de este golpe de efecto es Marruecos? 

En principio, la repatriación de quince personas no tiene porqué suponer el abandono del pueblo saharaui, como dicen las asociaciones de amigos del pueblo saharaui. No, si entendemos por abandono el fin de las ayudas del Gobierno español, que figuran en el mapa de prioridades de la cooperación con fondos del estado del Plan Director de la Cooperación Española publicado por el Ministerio de Exteriores (pag.213) o de otros folletos de la AECID (la Agencia Española para la Cooperación Internacional al Desarrollo) donde se subraya que Oriente Próximo y Magreb son las zonas estrellas para la ayuda gubernamental. 

La web del Ministerio de Exteriores sigue, como en tiempos de Zapatero, dedicando un apartado al pueblo saharaui donde se subraya la posición de España, como primer donante bilateral de ayuda a la población refugiada saharaui y supondría desde luego un gran ridículo que la retirada temporal de quince personas pusiese en jaque un programa que, para 2011, preveía una inversión de 14 millones de euros. 

Pero, sobre todo, resultaría sorprendente que un Gobierno español renunciase de golpe y porrazo a una estrategia (la de las ayudas solidarias) con la que desde 1975 derechas e izquierdas han venido desviando la atención de la opinión pública española del auténtico abandono infligido por los gobernantes españoles al pueblo saharaui: el de la asistencia política a la resolución del problema que genera refugiados saharauis con el falso pretexto (ya hemos dicho por qué) de que España firmó en 1975 los acuerdos de Madrid y, desde entonces, ya nada tiene que ver con el tema. 

 Recordemos a personajes tan nefastos para la causa saharaui como han sido Leire Pajín, Miguel Ángel Moratinos o Trinidad Jiménez anestesiando a sus votantes con eso de “fijaros lo solidarios que somos con el pueblo saharaui que vamos a aumentar...duplicar...cuadruplicar... las ayudas humanitarias a sus campamentos” "somos los que más damos ayudas a los saharauis".... Luego, entre bastidores, no sólo se saltaban a la torera el derecho internacional que exige a España mojarse políticamente para llevar a buen puerto la descolonización del territorio saharaui, sino que trabajaban para el enemigo, haciendo campaña a diestro y siniestro a favor de la solución anexionista marroquí y mirando para otro lado cuando las fuerzas ocupantes del Sáhara asesinaron, violaron y torturaron en Gdeim Izik.


Entrega el 21 de abril a los diputados del Congreso de los Diputados de la petición de la APDHE para que los partidos políticos se pronuncien sobre los acuerdos de Madrid.
Foto: Ricardo Aznar

Ya lo dijimos, el Gobierno de Rajoy no va a ser una excepción en esta dinámica cobarde y vergonzosa. Una pista de ello es la respuesta  (aquí tenéis el texto íntegro) que acaba de dar a la campaña de la Asociación Pro Derechos Humanos de España (APDHE) para que se declaren oficialmente nulos los acuerdos de Madrid. En el texto escrito en el que el Gobierno rechaza esta posibilidad, la ayuda humanitaria es de nuevo el elemento con el que desviar la atención del objetivo de la campaña de la APDHE que le pide al presidente Rajoy que de su opinión sobre si los acuerdos de Madrid de 1975 fueron válidos. En lugar de limitarse a un simple “sí” o “no”,´la respuesta que firma el jefe de gabinete de Rajoy, Jorge Moragas, obvia el asunto y se adentra en lo mucho que hace España con esa ayuda humanitaria que, como hemos comprobado, no sirve para resolver el problema que genera los campos de refugiados. Por ejemplo, dice: “El Gobierno español es también consciente de los sufrimientos de la población saharaui, especialmente la que está en campos de refugiados, y trata de aliviarla con ayuda humanitaria directamente o a través de ONGs o programas multilaterales financiados por España, lo que nos ha convertido en el primer donante bilateral a esos refugiados, habiendo aumentado exponencialmente nuestra ayuda de todo en los últimos años". 

Conclusión: que no cunda el pánico con el tema de la suspension de las ayudas. Lo cual no significa que haya algo que no cuadra en los argumentos con que García Margallo justificó la retirada de los cooperantes españoles. Como él explicó,ha habido un incremento de inseguridad en la zona por la actividad de bandas procedentes de Malí, una de las cuales se supone que fue la responsable del secuestro de los tres cooperantes recientemente liberados.. Pero, eso es así desde el pasado mes de abril, cuando la rebelión tuareg proclamó la independencia del estado del Azawad. Lo curioso es que, hasta ahora, al Gobierno español ni se había pronunciado sobre esta crisis saheliana. Además, cómo no pensar mal de una supuesta “amenaza” que no han visto el resto de los países con cooperantes en los campamentos saharauis (que declinaron la invitación española a subirse al avión militar español enviado a su supuesto rescate) y que , pese a tener su epicentro en Malí, tampoco ha motivado la retirada de los cooperantes españoles que hay en este país saheliano…

 ¿Hasta qué punto beneficia a Marruecos retirar a los cooperantes de los campamentos? Poco, ya que es notorio que si hay algo a la altura de la resistencia del pueblo saharaui es la constancia del apoyo del pueblo llano español que no le va a dar mucho margen a la moratoria de García Margallo.

En todo caso, lo que realmente beneficiaría a la política anexionista de Rabat sería un nuevo secuestro de cooperantes españoles, especialmente si la víctima pertenece a una de esas ONG que se ha declarado en rebeldía y dispuesta a volver a los campamentos en contra de la recomendación del ministerio de Exteriores. Imaginaos: de nuevo el tema convertido en un asunto que mantiene al personal enzarzado en una estéril y falsa batalla ideológica,  desde la derecha acusando a la izquierda de hacer viajes aventura con el dinero del contribuyente y la izquierda llamando facha a todo aquel que exiga el pago de los rescates a las ONG infractoras... Pero, con tanto aviso, sería el colmo que saharauis y argelinos se dejasen coger desprevenidos. ¿Para qué entonces tanto show de Alerta en el Sáhara con avión Hércules incluido? Habrá que seguir dándole vueltas al tema. Continuará 1.

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