Una mirada a África como tablero de la geopolítica internacional

miércoles, 30 de enero de 2013

Misterios de la guerra de Malí



Las tropas francesas de la Operación Serval han culminado hoy,  con la toma de la localidad de Kidal, el paseo triunfal que iniciaron en Malí el pasado día 11. Lo que Hollande y Fabius en un principio dijeron iba a ser una intervención de urgencia para contener en el centro del país a la rebelión de las bandas de Al Qaeda que amenazaban con marchar sobre Bamako, no perdió desde entonces ni un segundo en su avance implacable para acabar con la secesión del Azawad.

De esta manera, lo que se planteó como una acción que debía asegurar el cumplimiento de la resolución del Consejo de Seguridad 2.085,  la que preveía una acción militar si fracasaban las soluciones políticas, se ha convertido  en un atajo ante tanto condicionante al que, hasta el momento, sólo se han unido tropas de varios países africanos. 

Pese a que la operación francesa no ha encontrado resistencia, por ahora ningún Gobierno occidental quiere compartir honores con Hollande. En Londres, por ejemplo, el Gobierno británico, que en cambio participó junto a Francia en la intervención en Libia que acabó con Gaddafi, (y gracias a ello ha compartido los beneficios con que los han compensado los nuevos gobernantes), volvió el lunes a rechazar la posibilidad de enviar tropas a este combate. Su apoyo se limita por lo tanto, a las formas verbales y una ayuda logística que no resulta del todo satisfactoria en París.

En cualquier caso, la “recuperación” (como dicen en París) de Kidal marca una encrucijada en la ofensiva francesa. Es la última de las grandes ciudades del Azawad que permanecía fuera del control de las tropas malienses, a las que los franceses han acudido a sacar las castañas del fuego, tras su entrada en Gao y Tombuctú.  Kidal es además la capital de una región (que lleva el mismo nombre) de gran relevancia estratégica por su situación fronteriza con Níger y Argelia. Además, es el bastión de la etnia tuareg que el pasado abril declaró la independencia del Azawad, el norte de Malí. Situada junto al macizo del Adrar de los Iforas, la región de Kidal ha sido escenario de varias rebeliones tuareg, especialmente la de 1963-1964 y la de 1990-1995.

Mientras Gao y Tombuctú, tras la rebelión tuareg del pasado año, se supone que habían caído en manos de bandas yihadistas de Al Aqmi (franquicia de Al Qaeda), Mujao y Ansar Dine, supuestamente unidas en su intento de imponer la sharía, Kidal (a 1.500 kilómetros de Bamako) ha seguido siendo territorio del Movimiento para la Liberación del Azawad (MNLA), laicista pero decididamente independentista.

Sigue siendo un misterio sin aclarar cómo el MNLA fue desplazado el pasado verano por las bandas islamistas de Al Aqmi, MUJAO y Ansar Dine que este grupo tuareg dice aborrecer por ser sus objetivos muy distintos. Es más, cuando el MNLA surgió a finales de 2011, uno de sus lemas  era precisamente acabar con lo que para ellos no eran más que bandas de criminales y narcotraficantes que habían arruinado con sus secuestros de occidentales la industria del turismo de la que vive su pueblo. 

No podían tolerar más, dijeron los portavoces del MNLA, que pese a ser el fenómeno islamista muy minoritario, los bandidos campasen por la región desde finales de los noventa gracias a la complicidad del propio Gobierno de Bamako. Los cables de Wikileaks demostraron que la diplomacia americana coincidía en buena medida con las acusaciones del MNLA.

Pese a que este conflicto guarda muchos misterios, gracias en parte al desinterés de la prensa internacional, el MNLA se supone que logró lo que ninguna otra rebelión tuareg maliense previa había alcanzado, ocupando territorio, por dos motivos: 1) su guerrilla tenía un nivel que sus antecesoras no habían tenido por estar integradas por tuaregs hijos del exilio y que se encontraban refugiados en Libia donde Gaddafi los había entrenado e integrado en su ejército y  2) al decidir no intervenir en la guerra civil libia y regresar a su tierra, además de sumar más de 3.000 soldados bien preparados, cruzaron las fronteras llevando consigo gran cantidad del armamento pesado y moderno supuestamente adquirido por el líder libio a golpe de petrodólar.

Nunca se aclaró la ruta por dónde habían llegado a Malí, desde Libia, este ejército de expatriados y su moderno armamento. A ello hay que añadir que, si los grupos islamistas eran minoritarios, ¿cómo es posible que acabasen expulsando al poderoso MNLA de Gao y Tombuctú? ¿Qué pasó luego con esos 3.000 guerreros y su moderno armamento?

Otro misterio: los portavoces franceses  aseguran que los islamistas del Aqmi y Ansar Dine huyeron a las montañas y que Kidal había quedado bajo el control de un grupo islamista hasta ahora desconocido, el IMA (Movimiento Islámico del Azawad), supuestamente escindido de Ansar Dine, y que asegura rechazar el "extremismo y el terrorismo" de sus antiguos colegas. No concuerda con la versión del MNLA que, en cambio, ha asegurado a través de un comunicado que quienes estaban allí para recibir a los franceses, eran su gente y que lo del IMA es un invento. ¿En qué quedamos

domingo, 20 de enero de 2013

¡Por fin, hubo juicio para Severo Moto!



Severo Moto (en el centro) a la salida del juzgado de Valencia. 
/ Foto de la web del Gobierno en el exilio de GE


Por fin, tras casi cinco años de espera, la justicia española ha decidido zanjar el caso del líder de la oposición guineana Severo Moto, acusado en 2008 por tráfico de armas a Guinea Ecuatorial. El juicio se celebró, tal como dijimos estaba previsto, en Valencia el pasado lunes día 14.

No hay sentencia todavía pero el partido se Moto ha celebrado el evento como un gran triunfo. “El día de ayer 14 de enero de 2013 será recordado  y conmemorado en nuestra historia como una fecha clave en nuestra lucha por la liberación del pueblo de Guinea Ecuatorial de las garras de la dictadura”, anunciaron con júbilo en su web el pasado martes. En este texto se celebra el fin de una “gran pesadilla” a la que el propio dirigente se había referido en alguna intervención pública aludiendo a dos elementos: la incertidumbre ante la posibilidad de que su líder pudiese ser declarado culpable, y el forzoso congelamiento de las actividades del grupo opositor ante la falta de una decisión judicial.

 Moto, que siempre sostuvo que las acusaciones de las que se le había hecho objeto eran el resultado de una trampa conspirativa urdida desde las alcantarillas del Gobierno de Zapatero (gran defensor del tirano ecuatoguineano Teodoro Obiang) asegura en esta comunicación que, durante estos “cuatro años de dura travesía” (que incluyeron una estancia en la cárcel de Navalcarnero de cuatro meses y cuatro días), nunca le faltó la fe “ni en la justicia ni en el pueblo español. ”


Estas declaraciones rebosantes de satisfacción parecen entrar en colisión con los titulares que la mayor parte de la prensa española ha dado sobre el desenlace judicial basándose en  las informaciones dadas al respecto (como decíamos, todavía no hay texto de la sentencia), por la agencia Europa Press y el diario Las Provincias: “Severo Moto acepta seis meses de cárcel por un envío de armas a Guinea desde Sagunto”, lo cual da a entender que el opositor no se ha librado de ser declarado culpable del tráfico de armas. ¿En qué quedamos?

Desde el Partido del Progreso no hay comentario al respecto, así que, recapitulemos: en abril de 2008, Severo Moto fue encausado por el juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu (que recientemente ha estado en las noticias por ese error que permitió la excarcelación de la banda china Gao Ping) de haber planificado el envío de un alijo de armas a Guinea Ecuatorial descubierto por la policía en el interior de un coche que iba a ser embarcado desde el Puerto de Sagunto con destino a la ex colonia española. “Los hechos que se investigan revisten, en este momento procesal, y sin perjuicio de ulterior calificación definitiva, los  caracteres de un delito de tráfico de armas de guerra, previsto y penado en el artículo 566 del Código Penal”, expuso en su auto
el magistrado que, ante la gravedad de los cargos, optó por elaborar un “juicio de peligrosidad” sobre Moto y decretar para él la prisión “`provisional, comunicada e incondicional”.

 Puesto que el juez consideraba que “Severo Moto no sólo era plenamente conocedor de la compra y envío de las armas a Guinea Ecuatorial, sino que él mismo coordinaba y daba instrucciones a los demás implicados a fin de realizar dicho tráfico”, la pena a la que se exponía el líder del PPGE iba de un mínimo de 5 años hasta los diez años de cárcel. Una pena que estuvo a punto de engordar aún más cuando en la Audiencia Nacional se comenzó a considerar la posibilidad de acusarle también de pretender utilizar el “alijo” para un intento de golpe de estado así como de asesinato de un jefe de Estado. Así lo había exigido el dictador Obiang.

 La estrategia del entonces abogado defensor de Moto, el inesperadamente fallecido letrado Francisco Fernández-Goberna, logró que el opositor recuperase la libertad en agosto de 2008, tras el pago de una fianza de 10.000 euros. La causa quedó pendiente pero limitada a un delito de tráfico de armas ya que Fernández Gobierna consiguió que en la Audiencia se abandonase el supuesto de que las armas iban a ser utilizadas para asesinar a Obiang u organizar un golpe de estado. La defensa de Moto puso mucho énfasis en el hecho de que las armas que se había incautado la policía (dos fusiles, una pistola y munición) estaban “descatalogadas y obsoletas y eran incompatibles con la munición que las acompañaba”, limitando así aún más la gravedad inicial de los cargos ya que, a un tráfico de armas no de guerra, corresponde una pena de entre dos y cuatro años de cárcel.

 Según Europa Press y Las Provincias, en el juzgado de penal de Valencia, adonde la causa pasó tras la inhibición de la Audiencia Nacional, la Fiscalía ha seguido atribuyendo a Severo Moto la organización y planificación de la compra de armas con el fin de enviarlas a Guinea Ecuatorial. Pero, añade que, las pruebas periciales aclararon que las armas del arsenal en cuestión “no tienen la consideración de armas de guerra” y que una de sus piezas, un fusil Cetme, “tenía un objeto en su interior que impedía la alimentación de la recámara por lo que se encontraba, en realidad, inutilizado”. Ello explica que la Fiscalía pidiese para él una pena de dos años pese a que, como recuerda el texto de la agencia, los servicios de inteligencia españoles habían contribuido a las conclusiones del juez Andreu con un informe que sostenía que las actividades políticas de Moto contra Obiang suponían «un peligro para la seguridad de España».

 Europa Press y el diario Las Provincias también coinciden en que al final,
el fiscal no fue más allá y le propuso un trato a Moto que éste aceptó: seis meses de prisión por tenencia ilícita de armas, es decir nada de tráfico de armamento ni de conspiración por derrocar a Obiang, lo que justifica la alegría del entorno de este partido porque la justicia española haya llegado a la conclusión de que “Severo Moto no es una amenaza para la sociedad española”. Estaremos en todo caso pendientes del texto de la sentencia.

lunes, 14 de enero de 2013

Hollande dice que Francia interviene en Malí en el marco de la legalidad. Si Bush lo hubiese sabido…

El ministro Laurente Fabius ayer con Tiéman Coulibaly, ministro de Exteriores de Malí en el Quai d´Orsay donde ambos trataron la situación del conflicto. /© Ministère des Affaires étrangères/Cyril Bailleul



Por mucho que Hollande diga que su entrada en guerra en Malí cumple con el marco de la legalidad internacional, era inevitable que su acción unilateral plantease dudas al respecto. Hay quien incluso cree que la legitimidad con la que Hollande asegura estar actuando con un estricto respeto a las resoluciones de la ONU es tan cuestionable como la que invocó el presidente Bush hijo para justificar la intervención en Irak que acabó con Sadam Hussein. 

La cuestión afloró de inmediato en la rueda de prensa que el ministro de Exteriores francés Laurent Fabius, dio el mismo viernes día 11, tras anunciar su presidente que Francia no podía no responder al llamamiento de ayuda hecho por el Gobierno de Malí de Diancounda Traoré. Entre las varias preguntas con las que le tocó lidiar al ministro, no faltó una centrada en pedir explicaciones sobre cómo se justifica la legitimidad de esta intervención. Y ello pese a los mucho que Hollande y el propio Fabius ya habían subrayado tajantemente que Francia ha actuado con el debido respeto al derecho internacional. 

Fabius puso entonces mucho énfasis en los argumentos de la “legítima defensa” tanto para el pueblo de Malí como de la propia Francia. Algo muy parecido a la línea que siguió el presidente Bush para legitimar su intervención en Irak y Afganistán y que el Gobierno francés criticó duramente. El ministro subrayó varias veces que Francia se decidió a actuar ante la “situación de urgencia” que ha impuesto la conquista de Konna y los informes de sus servicios de información que alertaban de que los rebeldes del grupo islamista Ansar Dine, que hasta ahora habían limitado su radio de acción al Azawad, el norte de Malí, lo que pretendían era avanzar hacia el sur y hacerse con todo el país. 

A partir de ahí el jefe de la diplomacia francesa ha alegado que Francia tenía el deber, independientemente de lo que se decidiese en la ONU, de garantizar la seguridad de los 6.000 franceses residentes en Bamako, la capital, y de evitar la caída total de Malí en manos de los “terroristas” (ya hemos dicho que en París no hacen distinciones como en la ONU entre los diferentes grupos en lucha contra el Gobierno central, a veces incluso enfrentados entre sí). Es verdad que Fabius también recordó que las resoluciones aprobadas por el Consejo de Seguridad sobre el conflicto maliense –la 2071 de octubre y, sobre todo, la 2085 aprobada el 20 de diciembre–, establecen la creación de una fuerza internacional integrada por 3.000 efectivos africanos de la Cedeao (la Comunidad de Estados del África Occidental). 

El problema para la diplomacia francesa es que, más que una decisión, la puesta en marcha de esta misión (llamada AFINSA) seguía siendo, pese a sus presiones, una hipótesis sin calendario ya que no se preveía su acción sobre el terreno para antes del próximo septiembre. Además, su acción para “reconquistar” el norte del país estaba condicionada al cumplimiento de una serie de requisitos que dificultaban a la diplomacia francesa maniobrar para acelerar su despliegue sobre terreno: diálogo político entre partes enfrentadas, proceso de legitimación del propio Gobierno de Bamako y entrenamiento y preparación de las fuerzas armadas malienses en el aspecto militar y el respeto a los derechos humanos, materia en la que su pedigrí es aún más lamentable que en el de la eficacia de combate. 

Quizás por ello, desde entonces, la diplomacia gala (Fabius lo volvió a reiterar ayer) está poniendo mucho cuidado en destacar que la acción unilateral francesa no tiene como objetivo reconquistar el norte sino “permitir a Mali de volver a encontrar los caminos normales puesto que “sólo así que se podrá aplicar lo que ha sido decidido por la comunidad internacional”. El viernes, el ministro se refirió claramente al diálogo político y la “reconstitución” del ejército maliense, es decir, las condiciones impuestas por las resoluciones de la ONU en sus resoluciones sobre Malí. “Para que este plan (el de las resoluciones) pueda ser adoptado por la comunidad internacional, hace falta que Malí siga existiendo y que los terroristas no hayan tomado antes la totalidad del país”.

 Mohammad Masood Khan, representante de Paquistán ante la ONU durante su declaración ante la prensa en la noche del pasado jueves, tras la reunión del Consejo de Seguridad sobre Malí./ONU

Fabius, como los demás representantes franceses, también están insistiendo mucho en que la acción francesa responde a la declaración con la que el pasado jueves, desde el Consejo de Seguridad de la ONU en Nueva York, se hizo una declaración a favor de acelerar la creación de la AFINSA. Sin embargo, la supuesta “decisión” del jueves día 10 en Nueva York (como han dicho algunos medios víctimas de la confusion) fue en realidad un llamamiento. No hubo resolución por lo tanto, sino una declaración de prensa realizada por el representante paquistani Mohammad Masood Khan, a cuyo país le corresponde este mes la presidencia del Consejo de Seguridad. 

En su breve intervención, Khan reconoció que en la reunión celebrada a petición de Francia sobre Malí, los miembros del Consejo de Seguridad de la ONU habían estado de acuerdo en que la caída de Konna constituía “una amenaza directa a la paz y seguridad internacional” y habían expresado la necesidad de acelerar la creación de la misión africana. Pero, a la vez, Khan volvió a reiterar que ello estaba ligado a una previa labor de diálogo político por lo que también hizo un llamamiento a todas las partes enfrentadas para acordar una hoja de ruta política que incluya negociaciones entre el Gobierno central de Bamako y los grupos tuaregs no afines a las bandas yihadistas que controlan el norte del país. 

La prueba de que esta declaración no era una “decisión” ni menos aún, como han dicho algunos, una “resolución”, es que el propio representante francés ante la ONU, Gérard Araud, al comentar las palabras de Khan dijo: “El Consejo de Seguridad ha enviado un mensaje para intentar disuadir a los terroristas para que no sigan avanzando hacia el sur. Si los terroristas no comprenden el mensaje, el Consejo de Seguridad podría reunirse de nuevo de urgencia este fin de semana por ejemplo, para reaccionar con mayor firmeza”. 

Se supone que esa reunión es la que se acabó celebrando anoche. Un poco tarde para la reacción de “mayor firmeza” ya que la aviación francesa llevaba bombardeando Malí desde viernes. De hecho, el mismo jueves corrían rumores de que las fuerzas francesas ya habían aterrizado en Malí. La diplomacia francesa se negó a confirmarlo pero tampoco negó la hipótesis a los periodistas que preguntaron de lo que hay que deducir que la decisión de actuar se había tomado en París sin esperar a la conclusión de la reunión del Consejo de Seguridad. 

En Nueva York, los reporteros de Innercitypress, publicación digital altamente especializados en los cotilleos onusianos, también han avivado las dudas sobre la legalidad de la acción francesa al señalar que Fabius y Hollande han jugado a convertir una declaración de prensa en una resolución y se han saltado a la torera el punto 11 de la resolución de 2085 de diciembre en la que se “pone de relieve” que la planificación militar de la misión “tendrá que afinarse aún más antes del comienzo de la operación de ofensiva” y también establece que el secretario general de la ONU debe confirmar “con antelación que el Consejo está conforme con la operación”. No hay pistas de que Bank Ki-moon confirmase nada al respecto dicen estos analistas al murmurar con ironía: “Si Bush lo hubiese sabido...”  

P.D Se acaba de hacer pública una nota de prensa de la ONU en la que Ban Ki-moon le echa un capote a la diplomacia francesa dando una acogida favorable a la "respuesta bilateral" a la petición de ayuda maliense para frenar la última ofensiva mientras continúan los esfuerzos para aplicar la resolución 2085. 

Ahora la incógnita es si las tropas francesas se van a conformar con el triunfo que se atribuyen en Konna y se van a quedar en la línea de demarcación que separa el Sur de Malí del Azawad (Norte) donde los tuaregs declararon en abril la independencia. Si no avanzan, sus aliados lo tendrán más fácil para hacer cuadrar la legalidad internacional de su iniciativa. Otra posibilidad es que los “terroristas” malienses cometan el estúpido error de atentar contra Francia que permita a Hollande invocar la “legítima defensa” para quedarse indefinidamente sobre terreno.

viernes, 11 de enero de 2013

Hollande da un apretón de tuercas a sus socios europeos para que intervengan con Francia en Malí

El presidente francés François Hollande ha dicho hoy que Francia va a responder a la petición de ayuda que ayer le volvió a hacer ayer el Gobierno de Malí para hacer frente a la rebelión que, desde el Azawad, ha tomado rumbo hacia el sur rumbo y tomado el control de Kona, una ciudad en el centro del país. “Lo hará en el estricto marco de las resoluciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas”, ha confirmado un portavoz del Ministerio de Exteriores en París al completar una declaración en la que Hollande parece advertir que a sus socios europeos que a Francia se le acaba la paciencia y que va a actuar, con o sin ellos. 

La nueva fase de la crisis maliense se desencadenó ayer, después de que la agencia de noticias pública francesa, France Presse, airease la noticia de la caída de Kona poniendo mucho énfasis en la impotencia de las tropas gubernamentales malienses ante el avance de los rebeldes. El presidente (en funciones) de Malí Diancounda Traoré pidió seguidamente ayuda a Francia, describiendo una angustiosa situación en la que, si no se hace nada pronto, se corre el riesgo de que los islamistas se hagan con el control de todo el país.   El embajador francés ante la ONU en Nueva York, Gérard Araud (en la foto), convocó de urgencia una reunión del Consejo de Seguridad que se celebró de madrugada. 

El resultado no fue positivo para la diplomacia gala. La ONU se limitó a expresar a través de sus portavoces su preocupación ante las informaciones procedentes de Malí y a pedir a los grupos rebeldes el respeto a las recientes resoluciones 2071 y 2085 sobre el conflicto. Se trata de unas resoluciones que abren la vía a la creación de la fuerza multinacional africana de la Cedeao (Comunidad de Estados del África Occidental) que Francia lleva intentando poner en marcha desde que, el pasado abril, el movimiento secesionista tuareg del Movimiento para la Liberación Nacional del Azawad (MNLA) se hizo con el control del norte del país y proclamó su independencia. 

Sin embargo, los términos de la resolución 2085 aprobada en diciembre dando luz verde a la posibilidad de un despliegue internacional, son algo escurridizos. En efecto, para dar la luz verde definitiva a la “reconquista” internacional del Azawad, el texto pide al Gobierno de Traoré que ponga orden en el caos que reina en Bamako entre facciones militares enfrentadas desde el golpe de estado del 22 de marzo que los secesionistas tuaregs aprovecharon para declarar su independencia. 

La ONU, además, establece una distinción en el frente rebelde entre fuerzas islamistas afines a Al Qaeda que han buscado refugio en esta región y, otras, desligadas del yihadismo. Se trata de un matiz que la diplomacia francesa no hace al considerar que todo rebelde del Azawad es un terrorista de Al Qaeda y, por lo tanto, defiende que no tiene sentido perder ni un segundo en negociar con criminales. Ayer por ejemplo, al tomar la iniciativa de convocar la reunión del Consejo de Seguridad, valiéndose de sus “privilegiadas y antiguas relaciones” de antigua madrepatria, lo hizo con el siguiente título: “La situación en Malí tras la ofensiva terrorista desde el Norte”. 

En un reciente informe, el secretario general de Naciones Unidas, Ban ki-Moon recomendó una negociación entre el Gobierno de Bamako y los grupos rebeldes que se declaren contrarios al yihadismo. Hoy estaba previsto que comenzasen en Uagadugu (Burkina Faso) unas conversaciones entre el Gobierno central, el MNLA (que desde el principio se ha declarado inequívocamente laico) y Ansar Dine (islamista pero dispuesto a alejarse de Al Qaeda). 

Hay quien ve en la petición de ayuda de Diancounda Traoré a Francia ante una situación abocada inevitablemente a la guerra, un intento de invalidar este proceso, dando la razón a los argumentos franceses. Hollande, ante el escaso entusiasmo de EEUU en la operación, ha apostado por un protagonismo europeo en la intervención en Malí junto a la fuerza multinacional africana, promoviendo en Nueva York la candidatura de Romano Prodi como enviado de la ONU para Malí. Pero hoy la responsable de Política Exterior y de Seguridad Común europea, Catherine Ashton se ha limitado a emitir un comunicado en el que, si bien promete dar un acelerón en los preparativos de la UE a la misión militar (que dirigirá un francés) para apoyar a las fuerzas malienses con asesoría y entrenamiento, también insta al Gobierno de Bamako a “finalizar rápidamente una hoja de ruta para la transición”.

 Tampoco promete para los planes de Hollande que el ministro alemán de Exteriores, Guido Westerwelle, haya dicho que su país sólo se enviará instructores militares germanos al país africano cuando exista "un plan sostenible para el retorno al orden constitucional" y que "no habrá exclusivamente una solución militar" para el conflicto. En Euronews y Al Yazeera aseguran que las tropas francesas ya están en Malí.

P. D.  En la foto, el representante permanente de Francia ante la ONU Gérard Araud, en su intervención ante la prensa tras la reunión de anoche del Consejo de Seguridad sobre Malí.
 / UN Photo/JC McIlwaine

sábado, 5 de enero de 2013

¡Que los Reyes le traigan un pasaporte a Severo Moto!

 Seguro que el opositor ecuatoguineano Severo Moto le  ha pedido a los Reyes un pasaporte.  El líder del Partido del Progreso de Guinea Ecuatorial lleva casi cinco años reclamando al Gobierno de España un documento de viaje y su petición ha sido incluso objeto de preguntas parlamentarias como la que formuló recientemente UPyD.  Melchor, Gaspar y Baltasar no lo tienen nada fácil ya que el próximo día 14, Severo Moto tendrá que afrontar un juicio en Valencia en relación a ese extraño asunto del tráfico de armas por el que en 2008 pasó cuatro meses y cuatro días encerrado en la cárcel de Navalcarnero hasta que fue liberado a cambio del pago de una fianza de 10.000 euros.

Desde entonces el caso ha permanecido sin solución definitiva, perdido en un inexplicable laberinto judicial, lo cual resulta sorprendente se mire por dónde se mire. Se acusó a Severo Moto de ser el responsable del envío de las armas con destino a Malabo (dos fusiles y un pistolón) ocultas en el interior de un coche de desguace que fue cargado en un barco que zarpó de Sagunto. Se supone que con estas armas los miliantes de su partido iban a poner en marcha un golpe de estado para derrocar al presidente Teodoro Obiang, con el que pocos tiranos pueden competir en crueldad y despostismo.

Nunca se aclaró cómo fue que, en un tema sobre el que había secreto de sumario, se produjo una filtración que sirvió para informar al dictador de este paraíso petrolero de que en España se le había salvado de un grave peligro desestabilizador. Lo dramático es que quien filtró la información, incluso le proporcionó al régimen guineano  el nombre del destinatario en Malabo de la peligrosa mercancía, Saturnino Nkono un militante del Partido del Progreso de Moto que fue acto seguido detenido y asesinado por los esbirros de Obiang con un ritual de macabro salvajismo.

El abogado Francisco Fernández Goberna intentó forzar a los jueces de la Audiencia Nacional a investigarlo. Pero, desgraciadamente, el letrado falleció y el asunto fue pasando por varios jueces de la Audiencia Nacional sin que ninguno intentase poner luz en el misterio. Eso sí, en esta instancia que se ha hecho famosa por perseguir a los violadores de los derechos humanos, el que siguió estando acusado de ser un peligro para la seguridad y la paz fue Severo Moto y no Obiang que, en cambio, está siendo investigado en Francia y Estados Unidos por el expolio de su pueblo. Luego, el juez Andreu se inhibió, lo que daba paso a que se encargasen del caso Moto los jueces de lo penal de Valencia, punto de origen del supuesto tráfico de armas a Guinea.

Pasaron así casi cinco años y Severo Moto sigue pendiente de una sentencia definitiva. Si el próximo día 14 los jueces deciden que es un tipo peligroso volverá a la cárcel. Pero a él parece preocuparle más otra cuestión, la de la devolución de su pasaporte. Mientras su causa esté pendiente, no podrá volver a viajar al extranjero, lo que ha restringido notablemente sus actividades opositoras contra Obiang convirtiéndole, dice él, en un muerto en vida en términos políticos. 

Moto asegura que en el juicio en Valencia va a defender su inocencia hasta el final pero que, mejor correr el riesgo a pasar el resto de su vida entre rejas, que renunciar a su sueño de volver a Guinea Ecuatorial. No le tiene miedo a una sentencia adversa, sino a un nuevo aplazamiento de la justicia española cuya lentitud ha tenido un claro beneficiario: el dictador Teodoro Obiang. A ver qué pueden hacer con este entuerto, Melchor, Gaspar y Baltasar...

P. D. La foto es de Ricardo Aznar que retrató a Severo Moto en Madrid tras un acto público en el que el opositor reclamó la devolución del pasaporte.

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