Una mirada a África como tablero de la geopolítica internacional

jueves, 27 de marzo de 2014

Aminetu Haidar en el Capitolio: pros y contras para la estrategia anexionista marroquí




Aminetu Haidar poco antes de entrar en el Capitolio. foto: Kate Kelly (RFKcenter)


Aminetu Haidar viajó a Washington esta semana  para dar una conferencia en el Capitolio. Desde Marruecos se ha intentado quitar importancia al evento señalando que la "Gandhi saharaui" no estuvo el lunes en una  de las sesiones parlamentarias sino en una sala para invitados y que todo se redujo a un sarao comprado con el dinero de los hidrocarburos argelinos. Lo más suave que se ha dicho en Rabat es que a la política anexionista le ha venido fetén que Haidar hablase en Washington porque así se demuestra que la ocupación del Sáhara Español no es tan represiva como dicen sus enemigos y que ellos dejan viajar a la población del territorio con absoluta libertad de movimiento y de expresión. Como si los demás no nos acordásemos de la“expulsión” de Aminetu en 2009

Por mucho que se empeñen, la intervención de Haidar en la sede del Congreso estadounidense es importante puesto que, hasta ahora, los únicos que hacían exposiciones y actos en esas salas dispuestas para la actividad no estrictamente legislativa, eran los portavoces del majzén. A ello hay que sumar que la intervención de Haidar haya tenido lugar en fechas muy próximas a la reunión del Consejo de Seguridad que, como cada año, decidirá  si continuar o no con la MINURSO (Misión de Naciones Unidas para el Referéndum en el Sáhara). 

El pasado año, la diplomacia estadounidense planteó en los debates que decidieron la permanencia de los cascos azules un boceto de resolución a favor de que la MINURSO tenga poderes para supervisar las violaciones de los derechos humanos en la antigua provincia española número 53. Es un tema del que en Rabat no quieren ni oír hablar. Pero, a la luchadora saharaui, que desapareció durante años en las mazmorras marroquíes precisamente por intentar abordar una misión de representantes de la ONU en visita en El Aaiún, se lo han puesto en bandeja para exigir en su intervención ante un buen número de congresistas que EEUU apoye en los debates onusianos que los cascos azules hagan en el Sáhara Español lo que suelen hacer en otras misiones de paz. 

La prensa estadounidense no se ha hecho eco del evento en el Capitolio pero, con este golpe de efecto, la clase política americana se ha ganado el corazón de los saharauis y un nuevo pretexto para volver a poner sobre el tapete la resolución que sus diplomáticos dicen el pasado año acabaron retirando por la oposición de los marroquíes y sus aliados franceses y españoles.

Haidar  con el congresista Jim McGovern de Massachusets./@Kate_Kelly_Esq
 Hay quien sostiene que este gesto norteamericano podría no ser más que un apretón de tuercas a Mohamed VI para lograr contrapartidas, por ejemplo,  en negociaciones en el sector hidrocarburos.  Ojalá no sea así. De lo que no hay duda, es que pase lo que pase en abril en Nueva York, la petición de Haidar en Washington refuerza la presencia de Estados Unidos en la solución del conflicto, junto a Francia y España a las que corresponde un papel por derecho propio por su pasado colonial en la zona. 

Otra consecuencia del viaje de Haidar en Washington son sus saludables efectos para el Frente Polisario que puede capitalizar lo que se ha calificado algo exageradamente como de un gran triunfo histórico y airearlo ante su propia opinión pública en los campamentos de refugiados en Tinduf. Con ello tiene ganada una nueva prórroga a quienes ya no pueden más de una mediación onusiana que, desde 1991, parece hacer lo imposible por no cumplir su propio plan de paz y exigen volver a las armas. 

Si lo tomamos por ahí, sí que llevan razón los fieles del majzén al decir que el viaje de Haidar les favorece: tiene muchas más garantías para el mantenimiento del status quo un Frente Polisario capaz de mantener el control sobre su gente, que una explosión de ira popular ante unos dirigentes sin pescado que vender. El "avance" será visible independientemente de que en la ONU salga lo que los marroquíes no quieren ni en pintura. Pero si luego en la reunión del Consejo de Seguridad EEUU abanderase y lograse imponer tareas de control sobre los derechos humanos a la MINURSO, el triunfo será sobre todo de Aminetu Haidar, dirigente saharaui en los territorios ocupados, y de su capacidad de convicción en Washington. El resultado sería parecido pero no igual para la dirección del Frente Polisario de la que Haidar no forma parte. Tampoco sería lo mismo para los okupas marroquíes del Sáhara Español.

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